Mi enemigo
A ti,
quiero darte las gracias,
pues has hecho que aprenda
lo que jamás creí
que pudiera llegar saber.
Te agradezco cada insulto y agravio moral,
pues con ellos,
he aprendido
a reconocer mi integridad.
Te agradezco cada grito proferido,
pues con ellos,
he aprendido
a reconocer mi paz mental.
Te agradezco cada amenaza,
pues con ello,
he aprendido
a reconocer la firmeza interior.
Te agradezco cada humillación,
pues con ellas,
he aprendido
a reconocer el propio valor.
Te agradezco cada herida que has proferido,
en mí o en mis seres queridos,
pues con ellas,
he aprendido a reconocer
la magnitud del perdón.
Te agradezco todos los desprecios y tus malos deseos,
pues con ellos,
he aprendido a reconocer
la comprensión que nace del corazón.
Te agradezco por haber sido todo este tiempo mi enemigo, pues con tu existencia he aprendido,
a rezar por ti en silencio, a cuidarte de mi misma, sin que lo sepas, y a dar lo que siento, sin que tus actos interfieran.
A ti,
quiero darte las gracias,
pues has hecho que aprenda
lo que jamás creí
que pudiera llegar saber.
Te agradezco cada insulto y agravio moral,
pues con ellos,
he aprendido
a reconocer mi integridad.
Te agradezco cada grito proferido,
pues con ellos,
he aprendido
a reconocer mi paz mental.
Te agradezco cada amenaza,
pues con ello,
he aprendido
a reconocer la firmeza interior.
Te agradezco cada humillación,
pues con ellas,
he aprendido
a reconocer el propio valor.
Te agradezco cada herida que has proferido,
en mí o en mis seres queridos,
pues con ellas,
he aprendido a reconocer
la magnitud del perdón.
Te agradezco todos los desprecios y tus malos deseos,
pues con ellos,
he aprendido a reconocer
la comprensión que nace del corazón.
Te agradezco por haber sido todo este tiempo mi enemigo, pues con tu existencia he aprendido,
a rezar por ti en silencio, a cuidarte de mi misma, sin que lo sepas, y a dar lo que siento, sin que tus actos interfieran.
Sammy
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